viernes, 28 de noviembre de 2008

La vida loca.

Como lidiar con los problemas migratorios, en esta área geográfica donde se ubica México, sin que se añada a la de otros asuntos de por sí candentes que vive este país.

La respuesta, rebasa las estrategias y los proyectos expuestos, evidenciando enormes lagunas en seguridad nacional.

Ahora mismo familiares de migrantes hondureños, reclaman a México por la desaparición en nuestro territorio de aproximadamente 600 de sus connacionales en camino hacia EE.UU.

Para los que no conocen, las personas que atraviesan el territorio mexicano, buscando el sueño americano, inician una de las travesías más peligrosas que se tenga noción en cuestiones de esta naturaleza.

Desde el paso fronterizo comienzan las historias mas dramáticas, de extorsión y violencia muchas veces divulgadas y documentadas por personal de Derechos Humanos de ambas entidades limítrofes, violaciones de mujeres y niñas, asesinatos y robo indiscriminado, sumado a esto, los traficantes de blancas y el cohecho como estilo de una policía corrupta y mediocre.

Me toco convivir 4 días, en una prisión de inmigración junto a personas de Centroamérica, la mayoría jóvenes con las características típicas de pertenecer o haber pertenecido a los grupos conocidos como Maras Salvatruchas.

Quizás por mi fe o ese mundo loco que llevo dentro donde veo oportunidades de conocer otros grupos humanos, sin alarmarme, pude escuchar las más difíciles historias en la voz de jóvenes que solo un poco de esfuerzo social hubiera dado otra condición de vida y distintas aspiraciones.

Asesinos alguno de ellos, con una mirada difícil de describir, dejando en mi una sensación de impotencia por una juventud, que vive la resaca de conflictos o han crecido con ellos, amargados o agresivos y siempre recelosos ante lo desconocido.

En el Estado de San Luis Potosí pasan dos o tres días detenidos en virtud que se llene la parte angosta, de una hermosa residencia modernista, que sirve de cárcel para asuntos migratorios. Siendo remitidos a la CD. de México para su expulsión del territorio nacional por vía terrestre.

Algunos vuelven tomando como aprendizaje esa primera aventura, otros deciden probar suerte en su país de origen según sea la magnitud de la experiencia vivida.

Entre los muchos con quien tuve la oportunidad de conversar se encontraban un antiguo soldado, que me relató incidentes y desgracias de una guerra que dejo marcas en su vida para siempre.

Precisamente en la travesía desde la frontera de Chiapas, cayo del tren y se fracturo un pie y aún así continuo el viaje siendo detenido en San Luis Potosí, en una redada en alguna casa donde rentaban otros centroamericanos.

El cuento de nunca acabar.

A todo esto se suma el caso, genérico de los cubanos, que huyendo de los problemas de todo tipo que existen en la isla, llegan para viajar con destino a Miami.

La falta total de libertades y la desesperación han convertido a un pueblo sin tradiciones migratorias en desbandada cíclica.

Siendo el caso, realmente interesante de aceptar salidas hacia Suecia, un país nórdico, con un idioma extremadamente difícil, frió y muy diferente en todo a la isla de Cuba, gestionando después la internación a los EE.UU.

Y si la oportunidad se da, al fin del mundo, con tal de escapar de una situación que raya en novela de terror mezclada con suspenso.

Ahora mismo continúan arriesgando su vida muchos compatriotas que salen de una u otra manera clandestinamente de Cuba.

El departamento de Inmigración, confiesa tener aproximadamente 1.300 ciudadanos listos para su repatriación. Si valuamos entre alimentos y boletos de avión, según la carta de intención firmada por el canciller Pérez Roque y la contraparte mexicana, estaríamos hablando de aproximadamente cuatro millones de pesos mexicanos en este tipo de eventualidad, que sale del presupuesto que se destina a fines migratorios y que proviene de los impuestos que todos los ciudadanos cautivos pagamos a la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico, unos 350,000 dólares al día de hoy.

Si solamente los cubanos que llegan de manera ilegal, nos van a costar esa suma, me hace pensar, en ese afán por los números que persigue a los cubanos, estamos gastando aproximadamente el dinero que mantendría felices a mil trescientas familias mexicanas.

La prensa dio testimonio de dos arribos de cubanos este mes, pero son los que registra inmigración. Estoy convencido que seguirán llegando, efectuando otro tipo de maniobras, mientras la situación en Cuba continué bajo la tiranía.

A pesar del riesgo de ser detenidos y deportados, conociendo que vale mas el riesgo que vivir donde es cada ves mas difícil.

Todo este asunto pone a pensar a mas de un mexicano con ideas de libertad que el Gobierno Mexicano le hace a los centroamaericanos y a los cubanos lo mismo
que el Gringo a los migrantes mexicanos. Ironías de esta vida loca.

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