jueves, 1 de enero de 2009

Viajando de polizón en la locura de mi mente, dando vueltas en la memoria a tantas cosas vividas, no dejo de agradecer a Dios que me dio, su compañía siempre, las mas de las veces sin yo buscarlo, sin conocerlo, y tantos amores buenos que como pésimo artesano desbarate con mis manos, hasta que llego el día que de un barro joven forje una joya. A todas aquellas que hice sufrir dedico esta poesía. Tal vez en algún momento logre que me perdonen.


Arrepentido.


Volver a amar es el castigo
De los que amaron un día con exceso...


Cuando el corazón esa maquina mortal se detenga en mi pecho
Habrá empezado a existir la eternidad de mis pensamientos
El viento sin embargo arrastrara por las calles polvorientas
Las palabras que fueron un día dichas tan cerca de tus labios.

Mas que importan los lamentos que escribí en el viento frió
Las lagrimas por todo el daño enorme que sembré en tu pecho
Sobre todo los besos profundos de demencia que no dejan
A mi cuerpo ya en silencio reposar de sus muchas penas.

Si ha de ser así por toda la eternidad vivir de ti separado
No dejan de ser ciertas las frases del poeta desconocido
Volver a amar es el castigo, de los que amaron un día con exceso.

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