lunes, 9 de febrero de 2009

Para ti.

Tú me acostumbraste a todas esas cosas
Y tú me enseñaste que son maravillosas... Frank Domínguez.




Cuando sepa liberarme
del daño que suelen
mis palabras provocar
gritaré tu nombre
donde no solo las aves
del campo lo puedan escuchar
despertando las hojas que
dormidas quedaron en el pasto
mientras agonizo de pensarlo
no puedo dejar de soñar
con ese instante
tu nombre y tu serena
frágil figura tranquila
estarían expuestas
no busco eso
mejor es esperar al tiempo
donde las palabras ya melladas
no hagan daño al sentimiento
mientras, no temas
sigamos adelante.

1 comentario:

Carmen Rivero Colina dijo...

Genial Ángel, si algún día decides publicar todas estas maravillas que escribes en un libro, avísame porque por nada en el mundo me perdería un ejemplar.
Besos