miércoles, 20 de mayo de 2009

Enmienda y tirania.


Un día como hoy de 1902, se arriaba en el Castillo del Morro, de la Habana, simbólicamente la bandera de las barras y las estrellas y se izaba esbelta la de la estrella solitaria, sin embargo nacía una republica atada a un imperio que nos mutilaría de una parte de nuestro territorio.
Mucho habían luchado los cubanos para obtener la libertad, desde la madrugada de aquel 10 de octubre en que el hacendado Carlos Manuel de Céspedes, comprendió que la única forma de ser libre del control español era por la fuerza de las armas, libertando a sus esclavos dio inicio a las gestas independentistas.
Tuvo José Marti la responsabilidad histórica de planear y organizar la ultima de nuestras guerras, y a pesar de morir en la misma, el desarrollo y el éxito de las acciones abocan a los mambises a una victoria rotunda sobre las tropas de ocupación de la ultima colonia europea en América.
La contienda toma tintes intervensionistas, con la muerte de Marti y Maceo, ante la imposibilidad real del Generalísimo Gómez de no poder impedir que los norteamericanos aceleraran el proceso, de por sí arduamente anhelado, de hacerse, una vez liberada de España, de la tan ansiada y deseada isla de Cuba.
Que pueden hoy celebrar los cubanos a conciencia, mas que un cambio de poderes que nos dejaron un himno, una bandera, un escudo y la bochornosa enmienda Platt, como recordatorio de una imposición descarada en los asuntos propios de nuestra patria, por la que se lucho durante treinta años, y por la que perdieron su vida mucha cantidad de personas.
Aún así es fecha de recordatorio y de nacimiento, porque si bien es cierto que no nació libre la republica, y que aún hoy no lo es, debido a las limitantes de una dictadura que vulnera los derechos de una parte considerable de su pueblo, mucho se ha avanzado desde el día triste y glorioso que ondeo la bandera cubana y se entono el himno patrio, para declararse Republica con enmienda, como aún hoy lo es con dictadura.

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