martes, 26 de mayo de 2009

Tú.

Por qué pedir al cielo que me inunde de soles
si solo con tu luz me sacio, sí solo con tu amor me lleno
De qué vasto torrente de luces vienes
que deshaces callado la más obscura noche
En un segundo calmas derroches
que la vida marcó entre mis silencios
ajas surcos en la frontera de mi existencia
Pueblas de espacios que no admiten secretos
A voz tenue pones alegría infinita
arropas de palabras y verdades
música de bosques desconocidos
cantos de pájaros y sonidos del viento.
Contra las hojas de la vida, tu presencia de refugio
cálido y ecuánime indicador del camino
a la cosecha de amor que derramas
no tengo mas que agradecido, extender mis brazos.

3 comentarios:

Carmen Rivero Colina dijo...

¡Cómo me ha gustado esto que has escrito! Ni te imaginas lo bien que me sienta leerte.
Gracias, Ángel. Un millón de gracias.
Besos

Angel Collado Ruíz dijo...

Sonrisa, no te he abandonado, tuve que acabar de pintar la fachada que hacia años no retocabamos y ahora sigo con el resto de la casa. Gracias por tus palabras , es bueno saber que no estaba despistado cunado una ves pense que yo debi haber sido terapeuta o psicologo.

Carmen Rivero Colina dijo...

Ángel, en ningún momento me he sentido abandonada, por favor no digas esas cosas. Cuídate del polvillo si estás lijando antes de pintar y los olores fuertes.
Besos