lunes, 22 de febrero de 2010

Andarán dos juntos , si no tuviesen los mismos intereses.





Representantes de Venezuela y Colombia se hacen de palabras, en la cumbre de la Unidad.
No ha iniciado del todo sus trabajos y ya el grupo debe estar buscando mediadores para calmar las tempestades.
Tal vez la intensión sea buena, pero jamás el aceite se ha mezclado con el vinagre.
Y queda pendiente la visita del mandatario mexicano a tierra cubana.
Donde serán evitados los temas de los derechos humanos y las libertades de expresión y presos de conciencia.
Abogando en un comunicado conjunto sobre el levantamiento del embargo.
Muchos sabemos que no puede haber levantamiento más urgente que el respeto a la vida y la dignidad humana. ¿Se hablara de este vital e importantísimo tema?
¿Tiene el gobierno mexicano moral para hablar de respeto a los derechos humanos?
Esta visita anunciada es la culminación de un esfuerzo inconcebible por tratar de involucrar a la tiranía sangrienta de Fidel y Raúl Castro en el consenso de las naciones americanas, sin reclamos, haciendo silencio cómplice y descarado y pasando por alto la sangre de miles de mis compatriotas a lo largo de 50 años.
De esta forma, nadie que se precie de ser amante de la libertad y la democracia puede ser un interlocutor respetable.
A los hechos me remito.

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