miércoles, 10 de febrero de 2010

Cine o Sardina



A estas alturas todos deben saber, que hay comunistas de verdad y de mentiras. Sin que eso llame a debate. Es una realidad.

Los comunistas cubanos entran también en estas dos categorías. La familia del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante, entra dentro de la primera categoría.

No así la del tirano Fidel Castro avenido de revoltoso a comunista y espero no echarme encima a los falsos comunistas. Él mismo vitalicio y nefasto personaje se auto tituló de esa manera cuando inicio el jugoso juego del ratón y el gato en la política hemisférica y nada tonto comprendió que necesitaba un enemigo, una ideología y un rebaño.
La familia de Cabrera Infante era pobre, pasaban necesidades materiales y alimentarías. Se abrían camino con esfuerzo y sacrificios.

Sin que esto resulte un panegírico del citado escritor, es una realidad.

No tenía un papá terrateniente, ni explotador de haitianos, en un pueblito de Birán.

Tuvieron que emigrar a la Habana, con una mano delante y otra detrás.

Desde joven Guillermo fue un asiduo asistente a las salas de cine, llegando tal vez a conocer un buen porcentaje de ellas.

Esto derivo en un crítico efectivo del mundo cinematográfico.

Pero mucho antes de esos tiempos. Ante la disyuntiva del momento quedo la anécdota jocosa y familiar. Donde la madre en un arranque de honestidad, lanzaba la frase: Cine o Sardina.

La que literalmente significaba, o comen o van a ver películas. No hay para las dos cosas.

Hoy tenemos la frase como referencia, y el orgullo de tener entre una larga lista de glorias cubanas al nombre de Cabrera Infante.

El otro espécimen mentiroso y oportunista cual no hay dos, pasará a la historia, como el destructor de Cuba.

El legado del escritor de, La Habana para un infante difunto, trascenderá en el tiempo, el otro será olvidado cuando la Habana a la que le escribió, amó y añoró, Guillermo, sea levantada de sus ruinas y vuelta a edificar.

Cine o Sardina, quedará como una frase más.

La dictadura como un recuerdo negro.

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