martes, 3 de febrero de 2015

Ya sé que no aplauden

Ojala la percepción de la figura presidencial que yo tengo no sea la misma de la inmensa mayoría de los mexicanos. 

Se nos anuncia por boca del Sr. Enrique Peña Nieto , que tendremos un nuevo titular de la Secretaría de la Función Pública. 

Algo así, para que todos lo entiendan, un empleado de la Presidencia de la República encargado de velar porque ningún Gobernador u otro actor político cometa el error de caer en conflictos de intereses con contratistas o personas o instituciones que proveen servicios a la nación o incluso trabajan sobre contratos de obras públicas, entre otros menesteres. 

Antes que dicha Secretaría con su nuevo titular, comience a trabajar ya ha creado un conflicto de interés.

Cualquier institución que fiscalice o supervise permisos, licitaciones o concursos donde entran a jugar verdaderos monstruos del capital debe por ética, palabra por cierto mencionada en el discurso presidencial, estar desvinculada de la parte oficial, no se puede tener la total libertad para desempeñar tal cargo siendo parte del gabinete de Gobierno y teniendo que dar cuentas a quien en este lamentable momento, tiene la mayor cantidad de sospechas de haber sido beneficiado con favores por personas y compañías desde que era Gobernador del Estado de México.

Es cierto que no solo el pueblo de México tiene la percepción de que existe un alto grado de corrupción en nuestro país, muchos otros países del mundo piensan tristemente de esta tierra azteca en el mismo tenor. 

Verdaderamente nuestra mayor debilidad como nación es la alta corrupción administrativa. 

Casas ,terrenos, licitaciones fraudulentas, beneficios a grandes capitales para incluso pagar menos impuestos al Estado. 

Enriquecimiento a costa de puestos públicos. Prebendas y sobornos, miseria moral de muchos de nuestros políticos coludidos con la delincuencia organizada.

Quién creerá, que el titular de la Secretaría de la Función Pública, que tiene que rendir cuentas al propio presidente, será capaz de sacar a relucir todo el mundillo oscuro del Consorcio Higa y otros más que lo vienen siguiendo desde los tiempos de Gobernador del Estado de México, solo algún ingenuo creerá tal cosa. 

Menos mal que Enrique Peña Nieto ya sabe que no aplauden.